jueves, 26 de mayo de 2011

Ignacio Pérez Díaz - A la Sombra de la Historia - Vivienda para arqueólogos en Çatalhöyük

Cuando a uno se le presenta una actuación como ésta se siente inevitablemente sobrecogido. Se trata de construir un “lugar para habitar” en lo que hasta ahora se podría considerar la cuna de la humanidad. Ni más ni menos. Da vértigo. Cobran un papel fundamental las sensaciones. Todo comienza evaluando la vida de un arqueólogo, donde y como trabaja, con qué está acostumbrado a tratar hasta alcanzar la mayor síntesis de esta idea.

El proyecto comienza dividiéndose en tres estratos. Son un zócalo que reproduce las escenas habituales de una excavación, una serie de cuerpos sólidos donde ocurren los usos más privados y una cubierta ligera de entramado de madera. Tres estratos con su funcionamiento propio e independiente que conviven aportando todas las ventajas de cada uno.

Zócalo superviviente: se trata de una geometría de muros de entre 0,5m y 1m en la zona más alta de la pendiente y de hasta 3metros hacia la gran llanura. Éste será el único contacto con el terreno y servirá de soporte para todos los elementos restantes. Tiene una segunda función como “máquina de habitar”, todas las instalaciones, acumuladores de agua, de deshechos... en definitiva todo el entramado logístico de la máquina. Permite también aislarse del terreno de la llanura, muy húmedo en todo el entorno. Sobre este zócalo apoya el primer nivel horizontal. Paneles de madera veteada en distintas direcciones sobre una estructura ligera que vuela por encima del terreno pantanoso evitando humedades y sirviendo como cámara sanitaria manteniendo una temperatura mucho más constante en el interior.

Cuerpos sólidos: se trata de seis volúmenes destinados a los espacios puramente de habitar, uno de servicio y dos almacenes para los útiles y piezas de la excavación. Dichos cuerpos contrastan en tratamiento con el suelo, se levantan ligeramente respecto a él sustentados por un zócalo ligeramente más alto y totalmente ajenos a la estructura de la cubierta. Los cuerpos destinados a habitar todos constan de un peculiar aseo, La ducha se abre hacia un mini patio estrecho con quiebros en la fachada hacia visiones concretas, atrapando así un poco del paisaje que rodea al proyecto. El cuerpo de servicio o cocina sirve para articular varios espacios destinados a trabajo interior, trabajo exterior y comedor. Dicho cuerpo solo otorga los elementos de cocina mientras que el espacio propio de cocina queda circundante a éste. El último tipo, el cuerpo de almacenaje , es un volumen muy hermético que, colocado estratégicamente en el centro articula y crea una circulación entre el suelo a distintas cotas de las habitaciones, el recibidor, el comedor y el lugar de trabajo.

Elemento de cubrición: Toda la cubierta se convierte en un estudio preciso de las necesidades de ventilación, iluminación y sombra mediante una geometría de vigas y correas que permite dialogar con los espacios generados debajo. Las hojas se pliegan abriendo huecos, creando cornisas y generando un efecto visual de un techo de cientos de vigas de madera que vuelan y que no tienen un vistoso apoyo. El resultado son, al final, una serie de espacios residuales pero controlados de los tres estratos.

Cerramiento: los elementos de cerramiento han sido un punto importante debido a la compleja geometría de la planta y la cubierta. En el segundo caso se crean pequeños recintos mediante la utilización de vigas secundarias donde irán colocados una batería de paneles sándwich de madera sobre los que descansa los elementos necesarios para una modesta cubierta vegetal que dotará de inercia suficiente al conjunto. Entre el zócalo y éste sistema de cubrición unidos a las ventilaciones cruzadas se reduce notablemente la humedad y por tanto la sensación térmica en el interior. La fachada se compone de paneles de madera horizontales colocados en cascada que dotará de ritmo y horizontalidad al conjunto.







domingo, 1 de mayo de 2011